lunes, 11 de mayo de 2009

Apuntalar el gusto por la música

La sala del Centro Cultural Yaganes aún está vacía. Miramos a la puerta con insistencia, como llamando con la mente a todos aquellos que deberían estar y no están, infame evidencia de la dormición de todo interés por parte de la gente hacia la música que nos llegó desde la Edad Media. La sensación de vacío es aplastante y lastimera, sobre todo sabiendo que me encuentro delante de una de las personalidades más destacadas que este país puede gestar, un crítico musical que se afana con todo su ser de abrir nuestras mentes con sublimes sonidos que hacen que uno pueda vivir un rato en épocas donde la tierra era plana y el mundo terminaba en terribles precipicios abismales, sostenido sobre el lomo de formidables elefantes.

Juan Carlos Montero es un prestigioso periodista especializado en historia de la música y crítica musical. Su vida transcurre entre sonidos y rostros superconcentrados en lo que este señor tenga para decir, y no es para menos: el hombre del diario La Nación sabe de lo que habla. Están leyendo de alguien que es capaz de elevar el más simple sonido de un violín tocado por una niña a la categoría de una gran obra de arte, porque ese sonido tiene un sentido, un origen palpable en la historia del alma de los hombres.

Algunos empleados del lugar se sientan adelante para rellenar las sillas, y Juan Carlos comenta, más allá de toda incomodidad por falta de público, “a ustedes les deberían aumentar el sueldo”. (Risas). Río Grande no es una ciudad que se deje conmover por portentosas publicaciones que digan que este señor viene a darnos una conferencia sobre Historia de la Música, y mucho menos por saber que trabaja en uno de los diarios más importantes del país. “Este país es un país egoísta, los músicos y artistas estables del teatro Colón cobran sueldos considerables para no hacer nada, y podrían hacer una gira por todo el país porque tienen todo, los instrumentos, el vestuario, todo”, comenta Juan Carlos, con ese enojo contagiante de alguien que tienen razón en lo que dice, y remata contestando mis apreciaciones: “la música clásica no está reservada a un público “culto”, sino a todo aquel a quien le guste escuchar ese sonido, ese trino, esa melodía, y pueda apreciarla”.

El Festival Internacional Ushuaia, un espléndido intento de atraer turistas hacia el extremo sur del continente, nos ofrece en estos días la posibilidad de disfrutar de conciertos de cámara y de orquestas sinfónicas que vienen desde Praga o Moscú, que solamente hemos visto en la tele y que la mayoría de nosotros nunca tendrá la posibilidad de ver en vivo en un escenario de Europa a cientos de euros la entrada. Los conciertos se llenan de gente en su mayoría mayor de cuarenta años que largan un rato el Chaqueño Palavecino para escuchar los aires antiguos del Viejo Mundo que hasta ahora sólo salían de los cds que se venden a diez pesos cada uno en el supermercado. Juan Carlos viene a Tierra del Fuego a contarnos un poco de qué se trata esto, por qué los compositores clásicos juntaron todo ese glorioso ruido para ponerle onda a un mundo callado y encendido de plena oscuridad, llevados por esa inquietud de hablar el lenguaje inefable del espíritu.

Flasheo aparte, aquí va la palabra de nuestro estimado:

Juan Carlos Montero: Es la primera vez que tengo la oportunidad de venir a Río Grande. Mi visita es netamente musical, voy a tratar de enganchar a quien quiera conocer la evolución de la historia de la música, desde la antigüedad hasta nuestros días. Es un proyecto muy ambicioso, no creo que en una hora se pueda llegar al dodecafonismo y a todo lo que pasa en el siglo actual. Vamos a comenzar con la época de la Edad Media con sus ciudades amuralladas, luego la llegada de Claudio Monteverdi y lo que significó para la música de la época.

P: ¿Cómo es trabajar en un medio tan importante como La Nación? Usted hace un recorrido que seguramente lo vincula con muchos espacios musicales..

JCM: Es un orgullo pertenecer a uno de los diarios más importantes del país de mayor tradición, con un público lector que mayoritariamente gusta de los conciertos, óperas y espectáculos de comedia musical.

P: ¿Ya ha participado de este Festival antes?

JCM: No es la primera vez que participo del Festival de Ushuaia, solo que esta vez he venido a brindar dos charlas. El tema es cómo explicar que la música no debe ahuyentar a la gente. Hay que apuntalar el gusto por la música.

P: ¿Y qué destinos esperan a Juan Carlos Montero de aquí en más?

JCM: Tengo varias clases en la Biblioteca de Mujeres de Buenos Aires, tengo en el ciclo Mozardeum una presentación, son varias actividades en instituciones culturales con entrada libre y gratuita donde se hacen charlas sobre distintas ramas de la cultura en general.

P: ¿Y la gente se interesa por la música?

JCM: La gente se interesa por la música, pero lamentablemente estoy observando que el problema básico es interesar a los niños, no hay más coros en los colegios ni maestros dedicados a la clase de música más allá de lo teórico, enseñando la música haciéndolos escuchar más y mejor.

P: Lo cual, seguramente, representa para usted un enorme desafío..

JCM: Es un desafío porque estamos tratando de buscar nuevos públicos, porque es lo que en definitiva hace subsistir la música académica, y no que los músicos profesionales tengan que deambular por todo el país buscando trabajo porque las orquestas están mal pagas o no les alcanza si no tienen dos o tres actividades para llegar a fin de mes. Es importante que los gobiernos apuntalen la actividad artística.

P: Por último, ¿qué tiene para decir a los pibes que quieran engancharse con la música clásica?
JCM: Que escuchen música, no importa eso de “no entiendo nada”, eso no existe. Que busquen a ver si les agrada al oído lo que están escuchando. Nada más que eso. Que se entrenen sabiendo solamente “bueno, esto es una obra de Beethoven, esta otra es una obra de Schwember, quien es el que inventó disolver la tonalidad, a ver si me gustó”. Nada más que eso, escuchando.

Así que pónganse las pilas muchachines/nas, que no todo es Supermer-K-2 o Intoxicados. Hay algo más allá afuera que también fue hecho para ustedes. No voy a reproducir el concepto de música culta, al contrario, escuchen y vean. Escuchen cumbia, y relájense con Bach. Y si no saben quién era este tipo, busquen en el Google..

(Agradezco la gentileza de Daniel Polo, diseñador gráfico de Río Grande y responsable del nuevo diseño de este blog, quien me cedió amablemente las fotos de Juan Carlos Montero).

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Es posible comunicarse con el señor Juan Carlos Montero?
Tengo un blog mínimo en homenaje de la soprano Nilda Hofmann. http://nildahofmann.wordpress.com/
En breve subiré un sitio... ¿Es posible reproducir la nota con la que el señor Montero despidió a Nilda Hofmann en el Diario La Nación?
Atentamente, Christian Hofmann
leipzig.arquitectura@hotmail.com