domingo, 13 de diciembre de 2009

Pre Cosquín Rock 2010: Siete Venas y rock

Las bandas patagónicas tienen la particularidad de expresar sus ansias de sonido con una visceralidad especial, sin tapujos, descarnada y despojada de los prejuicios del mainstream emtiviniano (o “la creme de la creme” o como quieran llamarlo). Acá en la tierra del viento sin freno lo que importa es el sonido, los arreglos adecuados que tratan de equilibrar el buen gusto, el oído entrenado, la destreza instrumental, y las ganas de llenar el espacio infinito de nuestra geografía con música y buenas letras.

El encuentro que determinará quién nos representará en la plaza coscoína comienza a las cinco de la tarde, así que las bandas tienen tiempo de llevar sus instrumentos a la Casa de la Cultura e irse a comer algo o pegarse una ducha. Incluso el cielo con sol despejado permite a nuestros músicos armar frente al teatro municipal una suerte de picnic sin sanguchitos, mientras algunos/as pibes/as llegan con los correspondientes dos litros de leche a buscar su entrada. Para algunos será tarde, las entradas son poco más de trescientas y la mayoría fueron entregadas durante la semana anterior, y el número de butacas debe ser respetado a rajatabla. No falta mucho para ver una gran cantidad de asientos vacíos durante todo el festival.

El cartel anuncia la presencia de Roko, una banda cordobesa que dará fin al evento con un hardcore estruendosamente buenísimo que me dejaría una sensación de oídos tapados hasta bien avanzado el día siguiente.

Cinco y pico de la tarde comienza a tocar la primer banda de las doce que participan en el recital. Pirañas Vegetarianas intenta llamar la atención de un conjunto todavía pequeño de gente que espera impaciente la siguiente banda, el punk flemático otrora popular en estas latitudes ya no es bien recibido por el respetable.

Derribados, grandes promesas latentes del día, despiertan los primeros gritos de la tarde con sus respectivos dos temas elegidos por el grupo y un tercero elegido por el jurado integrado por los miembros de Roko. “Sin Descanso” vuelve a recordarnos la bronca por la desaparición de Sofía Herrera y “Profundo Abismo” da lugar a su solo de guitarra volátil y profundo.

Haciendo poco honor a su nombre, Serenos de tu Tierra ofrecen un ruidoso y cuidado cancionero que va y viene entre el reggae, el ska y el rock ushuaiense prolijo de buenas letras que tipifica su imagen sonora. Pronto volverán a Río Grande para despedirse de esta provincia y probar suerte en Buenos Aires, y hoy reciben un cálido aplauso de aprobación.

La tercer banda es Ahura, cargando con su heavy metal de teclado orquestal y guitarra galopante. Ellos ganarán por 273 votos del público, lo que al igual que el año pasado no será suficiente para tocar en las sierras cordobesas. Acreedor de un grupo incansablemente estable de seguidores, apuesta a su habilidad musical y sus acordes sinfónicos para alcanzar un lugar que en esta ocasión les será nuevamente vedado, además de la posibilidad del tercer tema por haberse excedido en el tiempo disponible de quince minutos por banda. Es de esperar que lo sigan intentando.

Santo Remedio no despierta ninguna emoción con su bienintencionado rock de garage cocinado bajo la cumbre de los Cinco Hermanos. La temática de las canciones gira en torno a la injusticia, los chicos de la calle y la corrupción política menemista, pero los riffs que intentan emular la marcha peronista hacen que los miembros del público se miren entre sí con impaciencia y sorna. Seguí participando.

La quietud de la platea se terminará con Visión del Rey, ataviados prolijamente con camisa, corbata y pantalón de vestir y acompañados de todos sus conocidos que corean las letras que exaltan a Nuestro Señor Jesucristo con entusiasmo. El sonido no es el mejor, y el teclado opaca todo lo que el resto del grupo esté haciendo. Pero para empezar está bien.

Venidos desde un pueblo más chico que el nuestro, los Siete Venas llenan de colorido la fiesta. Los Auténticos Decadentes se sentirían orgullosos de ver a estos hijos suyos haciendo que algún que otro metalero mueva las cachas como ellos hacen en El Chaltén. Una muy buena dosis de alegría y desfachatez que merecerá el voto unánime del jurado.

Kredo Vithal trae consigo la expectativa generada en pequeñas presentaciones anteriores, una como teloneros de Rescate cuando visitaron nuestra ciudad hacia finales del invierno, otra en un evento cristiano y finalmente en el encendido del árbol de navidad que coronó nuestra Plaza de las Américas la noche anterior. Tienen mucho para dar, pero el entusiasmo dista de ser el mismo que en ocasiones previas. Su rock latino (no sin algo de fotocopias sonoras de Puerto Seguro) desparrama vigor, pero este público no es el suyo y el contexto es otro. Va a haber que ampliar la visión y no quepa duda que así lo harán.

Cuando se abre nuevamente el telón luego de los cinco minutos interbandas, F.U.T.U.R.O. (si quieren saber qué significan las siglas, miren la nota de ellos más abajo en el blog) enfrenta al público con la seguridad propia de una banda recientemente conformada y que ya tiene encima una presentación en Ushuaia. Son conscientes del desafío pero se mandan sin miedo, y con su rock onda funky onda ska onda un montón de cosas más consiguen trazar sonrisas y despertar algunos gritos de su círculo de conocidos. El dúo de saxo que integra la banda no tiene par en nuestras cuadras.

El último aporte de la Bahía Encerrada corre por parte de Cosas que Pasan, banda adolescente con muy buenas ideas que nos hacen acordar a veces a lo que solemos escuchar en casa para conjurar el tedio o en el colectivo para llegar entusiasmados a nuestros trabajos. Pero la inseguridad de los jóvenes músicos se palpa por todos lados, y hay que decir que es valorable el hecho de presentarse a pesar de no estar hoy tocando ante los amigos saltarines. Rock y punk de garage de calidad y buena voz.

Desierto de Orión es la última apuesta riograndense, con un estilo muy influenciado por el Indio Solari y sus Redondos. Nada que nos pueda sorprender, la voz es idéntica a la del vocalista de la legendaria banda, aunque a decir verdad no me da la sensación de que intenten impresionar a nadie. Vinieron a tocar, a mostrar lo suyo y lo hicieron. Objetivo cumplido.

Por último, los oriundos de la chubutense Esquel suben al escenario con remeras negras que denuncian su nombre, La Dosis Perfecta. El ska es un estilo que demanda gracia y esta banda intenta evidenciar que lo tienen todo, incluso un trompetista que se anima a ponerse una careta de mono para meter onda. Es llamativo la diferencia de edad del vocalista, bastante menor que sus acompañantes. Y de esta manera termina una competencia acosada por las dudas de la transparencia de la elección desde el año pasado. Los organizadores del evento se ocupan de conjurarlo con unas planillas abiertas al examen del público, para que de esta manera se pueda evacuar cualquier duda. Mientras tanto, los integrantes de Siete Venas se abrazan felices.

Siete Venas y la música curativa

Todavía no caemos, no lo puedo creer”, nos dice Víctor, el del peinado extravagante, vocalista de Siete Venas, cuando comenzamos la nota.
Y es que Víctor, Alexis, Juanjo, Daniel, Jesús y Mauro, integrantes de la banda Siete Venas, tendrán el honor de representar a todas las bandas patagónicas en el reconocido festival más importante del rock argentino que, se realizará en la ciudad de Cosquín, Córdoba, durante el mes de febrero. Allí, se congregarán todos los amantes y apasionados de las baladas argentas.
Se muestran agradecidos con los organizadores por haberles brindado una oportunidad y por abrirles las puertas a las bandas de la Patagonia Argentina, y al público por recibirlos con tan buena onda.

Sorprendidos también, porque no se esperaban los cuatro votos del público que los llevarán al escenario mayor, pero seguros a la vez porque dejaron todo en la Casa de la Cultura Ángela Loij, de nuestro querido Río Grande, los Siete Venas manifiestan: “Quédense tranquilos que Siete Venas los va a representar con mucho huevo desde Córdoba, y vamos a dar todo”.

Hay gente que valora más la cultura del lugar, porque el rock también es cultura”, continúa; aunque muchas veces, pareciera ser que el lema que proclama Víctor aún no está muy claro en nuestra sociedad, “mientras los gobiernos apoyan otras cosa”, afirma luego.

Alucinados con las once bandas de Río Grande, Ushuaia y Esquel, quienes presentaron sus respectivos tres temas sobre el escenario de la sala Ángela Loij, contaron que les pareció “muy bueno el lugar y la onda”.

Víctor y Alexis cuentan que el grupo se conformó hace cinco años y desde ahí, vienen poniéndole “mucha garra y no paramos”. Desanimados por nada ni por nadie y siguiendo con sus sueños de músicos, aseguraron que por más que le pongan “palos en la rueda, siempre seguimos adelante”. Por eso, “quizá esto sea un reconocimiento al esfuerzo que le pone cada uno, porque todos tenemos familia y dejamos todo de lado por la música”.

Visitantes lejanos: con su ritmo lograron posicionarse como locales

En el fútbol, cuando tenes equipos de acá y otros de allá, uno se imagina que quien juegue de visitante difícilmente gane la partida, pero ocurre que esto, quizá, podría pasar solo en ese deporte debido a la presión de las hinchadas del lugar de pertenencia.

Sin embargo, el pasado martes, en la Casa de la Cultura ocurrió lo distinto, lo que Siete Venas no esperaba pero que podría haber imaginado. “Teníamos la desventaja que no conocíamos a nadie”, cuentan, agregando que el “grupo quedó conforme con la presentación” y con la puesta en escena con todo lo que ello implicó, entre mucho colorido, buena onda y un clima ameno.

El nivel de las bandas fue muy bueno, y en Río Grande hay muchas buenas bandas y eso se vio demostrado hoy en el escenario…sin palabras”, enfatizaron.

El Chaltén, un pueblo chico

Si bien la mayoría de los Siete Venas es oriunda de Río Gallegos, con el tiempo fueron emigrando a El Chaltén, un pueblo que limita con Chile, ubicado en la provincia de Santa Cruz.

No podemos controlar nuestra naturaleza de músicos. Arrancamos tocando en cumpleaños y fogones de amigos”, recordaron, pero las ansias por tocar, llevaron a que con el tiempo los seis músicos se consolidaran como grupo.
Así, reconocieron que valoran el reconocimiento del público: “Siempre salimos a tocar a otros lugares por el hecho de que El Chaltén es un lugar chico y tampoco da para tocar todos los fines de semanas”. Y la necesidad por tocar los motivó a que salgan y eso llevó a que les abran las puertas en otras ciudades
Hoy por hoy, nos estamos moviendo bastante y es lo que nos gusta hacer…tocar”.

Música “curativa”

Siete Venas es el nombre vulgar de una planta. “Es un yuyo curativo que se usa para los dolores de garganta, para cicatrizar”, relatan. Y pese a que no es una planta autóctona de la zona “nos sentimos identificados porque ninguno nació en El Chaltén pero estamos radicados acá”, para decir entre risas después: “echamos raíces y nuestra música es curativa”.
Es una planta que se propaga muy rápido, hoy estuvimos en Río Grande y plantamos la semilla de Siete Venas, así que pronto volveremos de nuevo a compartir un show entero”, remarcaron.


Los integrantes de Siete Venas son:
Víctor Carrié -voz y guitarra;
Alexis Nacimiento -coros y percusión;
Juan José Lazos -baterista;
Daniel Valdés -guitarra;
Jesús Cubillos –bajo;
Mauro Piombo -teclados.


NOTA: es de esperar que las bandas tengan la madurez necesaria para aceptar las críticas realizadas en esta nota, realizadas siempre de manera constructiva.

(Agradecimientos a todas las bandas que participaron, y a Yamila Pichunman que me ayudó a redactar esta nota, que me cedió la foto de Siete Venas y que me hizo el aguante desde el principio hasta el final del evento con todo el entusiasmo y la profesionalidad que la caracterizan)